domingo, 10 de mayo de 2009

HABIA UNA VEZ UN CIRCO

Cabreado, desilusionado, sin ganas de volver a la plaza de Las Ventas.
Así abandoné ayer el coso de la Calle de Alcala.Una plaza enfermiza que cada vez veo con menos solución.
Gracias a Taurodelta, La Comunidad, Presidentes,Cabestrero etc...
Son ya varios años aguantando sinvergüencerías de esta Empresa, y otra bien podría ser que hubieran dado orden a los Presidentes de sacar el pañuelo a la mínima petición de despojo.

Por otra parte todos los días se ve mucha gente extraña en los tendidos, ayer por ejemplo sin ir más lejos ovacionaron unos toques de montera con el pie de David Mora. ¡ QUE ASCO!
Eso quiere decir que los abonados de toda la vida han desertado con semejante bodrio de carteles.

La tarde de ayer fue una basura igual que las dos que llevamos, toros sin un ápice de fuerza, simulacro de la suerte de varas, toreros destoreando continuamente.

Miguel Abellán fue prendido por el segundo y recibió una cornada de 15 cm en la pierna, y los sufridores aficionados nos tuvimos que tragar 3 toros del torero cosentido públicamente por la Empresa, bueno torero no, más bien muñeco ñoño.

El Capea estuvo toda la tarde destoreando, dejando distancia entre muleta y toro que entraba un mercancias, haciendo gestos continuos a los tendidos, no conté ni un pase limpio,medios pases, enganchones, trallazos. Con todo lo que hizo no le hubieran dado ni una oreja en Benidorm. Pués bien despues de petición minoritaria por los incultos que cada tarde varían en los tendidos, el peor Presidente de la historia de Las Ventas, Trinidad López-Pastor concede la oreja entre una gran bronca a un petardo de torero.

Trinidad debería de recibir hoy una carta de despido fulminante, es un ignorante del Toreo y cada día que preside altera el orden público.
Están intentando tapar la peor feria de la historia con regalos de orejas, y lo que consiguen es que resalte todo con más fuerza en blogs, periódicos,portales.Hasta los periodistas de cada medio escrito de prensa este año están indignados con lo acontecido y las decisiones presidenciales.

David Mora, que confirmaba alternativa ayer, pasó sin pena ni gloria, pero según las maneras que le ví no tiene ningún futuro en esto. Enganchones, trapazos, desarmes.

Destacar lo único bueno de la tarde el cuarto toro de Salvador Domecq, un toro de orejas que se fue sin torear para el desolladero, porque tuvo un perfecto ignorante, enchufado y pelota delante de él. Menos mal que en el sexto devolvió el despojo regalado en el cuarto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que ya se le ha dado a Abellán demasiado crédito en esta plaza y es hora que vaya dejando paso a otros chavales que lo vienen pidiendo a gritos. Como mucho una comparecencia anual y fuera de ferias debería ser el compromiso de la empresa con este torero.

David Mora es un chaval que vino muy dispuesto y con ganas, se le vió carente de oficio y con la responsabilidad de quien viene a confirmar a la Ex-primera plaza del mundo. No se puede decir que hubiera comportamiento artístico en sus faenas pero sí hubo aguante y valor. No estuvo mal con el capote y enjaretó un buen espadazo a su primero. Se ha ganado que lo vuelvan a repetir, aunque sea fuera de ferias.

¡Qué decir de la oreja del Capea! Nada que no se haya dicho ya, indignación por la concesión de una oreja a todas luces inmerecida y que debidamente se encargó de devolver a los tendidos en el último de la tarde, demostrando así el toreo que atesora muchacho. Este sí que no debe venir más, ni dentro ni fuera de ferias.

La actitud presidencial y del pedigueño público fue lamentable, estuvo muy por debajo de un toro que llevaba dos orejas para cortar. Ahora bien creo que el que concedió esa orejita regalada al Capea fue el Tendido 7 y no es la primera que concede el 7 en Madrid, a decir verdad han sido unas cuantas. Es notorio que una buena parte de la plaza está en su contra, por eso cuando el 7 empezó a protestar al torero la gente, más que pedir una oreja para el Capea, la pidió por llevar la contraria al 7.

J.Carlos

Anónimo dijo...

Si El Capea tuviese dignidad tenía que haber arrojado la oreja al suelo y enterrarla en la arena.