sábado, 9 de mayo de 2009

LEANDRO Y AGUILAR DESAPROVECHAN LA OPORTUNIDAD

Ambos diestros dejaron pasar 3 toros de triunfo. El lote de Aguilar,es decir, 3º y 6º se dejaron en la muleta y fueron nobles. El torero estuvo fuera de cacho, y toreando en linea recta, vaciando las embestidas hacia fuera, y dejandose enganchar el engaño.

Leandro, no entendió al astado que hizo segundo, un toro con mucho recorrido por el pitón izquierdo, que galopaba y se venía de lejos.Terminó ahogándolo en el tercio, cuando el toro de las rayas para a fuera lucía mucho más.Sacó algun natural decoroso, pero muy despegado.
Con el quinto un tío de Sepúlveda, nada pudo hacer ya que el toro se paró, fue prendido y volteado, pero sin consecuencias.Se quiso dar el arrimón pero eso no vale, tuvo la oportunidad en el segundo y no la aprovechó.

De Antonio Barrera, no comentaré nada porque me parece tan vulgar y mal torero como Eugenio de Mora, bien es cierto decir que tuvo un primero inválido que no le paró de enganchar la muleta porque el mismo la levantaba para que no se cayera.
Ante el cuarto pasó sin pena ni gloria.Este chico no tiene ningún concepto del toreo y sin embargo como otros muchos no le seguimos tragando año tras año.

Decir que la corrida de Gerardo Ortega tuvo presencia a excepción del milimétrico segundo que se tapaba por la cara.
Fue noble y mansita, se dejaron tres toros 2º, 3º y 6º. El primero fue un inválido que Julio Tenía que haber devuelto, el cuarto fue muy soso como el torero que tenía enfrente. Y el remiendo de Sepulveda se paró, el motivo puedo ser una primera vara asesina por parte del pica.

2 comentarios:

juan dijo...

Utilizas estas expresiones taurinas tópicas para definir el toreo de S Aguilar que nada tienen que ver con lo acontecido.La muleta estuvo citando adelante,con mano baja y el torero en el viaje del toro,las embestidas con ajuste y colocación para el siguiente,pero este muchacho no encontró eco en los entendidos cero.

Anónimo dijo...

Los toros dieron mal juego, mansos, descastados, flojos, y complicados. Eran toros que requerían mucho oficio, hacerles las cosas muy bien y toreros de mucho aguante. Eran toros que protestaban por alto pero que cuando se les bajaba la mano se venían abajo por la justeza de fuerzas, con lo cual se hacía difícil llegar a los tendidos.

Una vez más recalco, y más en estos toros, la importancia de una lidia adecuada y de hacerles bien las cosas para que lleguen al último tercio en las mejores condiciones posibles. Las cuadrillas no estuvieron acertadas y menos aún los varilargueros, picar en su sitio ayuda a mejorar la condición del toro, sobre todos con este tipo de toro tan complicado.

Antonio Barrera no es santo de mi devoción pero no diré nada en contra de su actuación, lo intentó y aguantó estoicamente tarascadas por las alturas como un valiente. Le tocó el peor lote de la tarde, sobre todo un cuarto que no tuvo un pase por ninguno de los pitones. El único pero que le pongo es que debe ir acompañado de una cuadrilla de mejor solvencia y que, aunque sabíamos que el primero tenía un mal pitón izquierdo, en Madrid se debe coger la muleta con la zurda y enseñarlo al público. Estuvo digno y dispuesto, así se viene a Madrid.

De las manos de Leandro salieron los pasajes más estéticos de la tarde con una, quizá dos tandas buenas por el pitón izquierdo al segundo de la tarde. Desde el principio comprendió que el pitón bueno fue el izquierdo, la faena bajó de tono cuando cogió la derecha. Toreó a media altura porque el astado se cayó cuando le bajó la mano, mejor al principio al darle distancia y luego venido a menos al acortar distancias y pegarse el arrimón cuando el toro ya estaba quedado lo que hizo que protestara y que el torero tuvera que aguantar algún recadito por las alturas. El quinto fue un toro muy probón desde el principio que no mereció otra cosa que un bajonazo infame, Leandro aguantó el tipo, nada que objetar a su labor.

Sergio Aguilar intentó realizar el toreo con pureza a su primero, a medida que avanzaba la serie de iba quedando cada vez más fuera propiciando así un toreo despegado. Por el izquierdo ocurrió lo mismo y el diestro, queriendo hacer las cosas de verdad, se recolocaba a cada muletazo, lo que derivó en pausas entre muletazos y que no tuviera eco en los tendidos, amén de algunos muletazos sucios con desarme incluido. La estocada fue deficiente, caída, atravesada y trasera. El sexto fue un toro complicado que echaba la cara arriba a las primeras de cambio y al que había que aguantar, Aguilar salió muy dispuesto queriendo hacer las cosas bien. El hecho de que la faena no calara en los tendidos se debió en mi opinión a los impases que había entre muletazos, al no rematar correctamente el muletazo se quedaba fuera y el torero, queriendo hacer las cosas con pureza lo cual es de agradecer, se volvía a colocar en su sitio para ejecutar la suerte como debe ser pero esas pausas son las que hizo que el público se enfriara. En resumen faltó eso que llaman ligazón. Le he visto muy dispuesto, con muchas ganas, espero que algún día podamos ver en Madrid la magnífica actuación que tuvo hace dos años en Cenicientos con la de Escolar.

En resumen, ganado infumable pero no exento de interés para lo que estábamos presenciando la corrida y toreros muy dispuestos y aguantando tarascadas, ¡así se viene a Madrid!

J.Carlos