sábado, 4 de julio de 2009

MANOLO MOLES ESTA SEMANA EN APLAUSOS: HAN VUELTO" LOS BARBEROS"

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¿ Que temor? El que está ahí, otra vez a la orden del día. El temor al toro disminuido, mutilado,envilecido por la mano carnicera del " barbero". De los barberos que han vuelto a saco tras Sevilla y Madrid.Porque pasadas esas ferias ya se ha abierto la veda para casi todas las plazas de segunda; ya no te digo para las de tercera; y ya no te cuento el escarnio que se está cometiendo en muchas ganaderías. " O lo dejamos así - y cierra el puño- o le compramos la corrida a otro". Y así, así los dejan. El campo está lleno de animales mutilados.Ya se que luego les cortan incluso las orejas y que la gente, ji ji, ja ja, se lo pasa en grande; y no se enteran. Pero también sé que eso atenta contra todo. Contra el fondo y la finalidad de este espectáculo, que está basado en el respeto al toro, al que no se debe tocar antes de que salte al ruedo. Atenta contra la grandeza de los toreros buenos y honestos, contra la afición que paga, contra el futuro, contra todos los argumentos que utilizamos para defender la Fiesta y asegurarle que no se va a ir por el agujero de este sumidero de gente sin alma. Atenta contra la ética, la estética y la épica. Atenta contra el decoro y contra la ley. Y que no estén debidamente mutilados y castigados no quiere decir que no se lo merezcan. Me duele decirlo pero " los barberos " de cuernos han vuelto y con saña...

2 comentarios:

Martín Ruiz Gárate dijo...

Que ese se ponga a estas alturas a denunciar el afeitado, con todo lo que le hemos visto tragar en sus transmisiones televisivas es para nota: Si televisa él no hay afeitado, pero si no televisa él lo que sale de chiqueros es una vergüenza. Ese doble rasero que aplican estos sujetos -y muchos otros que se dicen aficionados- es lo que se ha cargado a la Fiesta.

Anónimo dijo...

A eso se le llama “tirar la piedra y esconder la mano”. Cuando se escribe un artículo de ese tipo hay que llegar hasta las últimas consecuencias, de lo contrario es mejor quedarse callado. Que diga quiénes son los que dicen : “O lo dejamos así, o le compramos la corrida a otro” y que diga también a quién o quienes representan los susodichos. Y después hablaremos sobre los que apoyan a los que dan los ultimatums en las ganaderías, quizás ese sea un aspecto peliagudo porque podría contraponerse con ciertos intereses de ciertas personas.

Con todo y con eso, el afeitado no es el problema más grave que acucia al campo bravo, peor aún es el descastamiento que está sufriendo nuestra cabaña brava y el problema de las caídas. Un toro afeitado puede prestarse a realizar el toreo siempre y cuando esté encastado y tenga suficiente fuerza como para soportar la lidia, además tiene capacidad para cornear como hemos podido comprobar en muchas ocasiones. Sin embargo de nada sirve un toro en puntas descastado y con sus fuerzas mermadas, debido al campo, a lo que sucede en la plaza o a ambos motivos. En este último caso ¿hay algo que torear?
Y ahora que reflexione el señor Molés sobre las veces que ha ensalzado faenas realizadas ante inválidos y toros sin casta.

Incluso podríamos unir el segundo párrafo con el primero, ¿tienen algo que ver los “ensalzados” por Molés con los “intimidadores de ganaderos”? Si es así que lo diga y si no que calle.

J.Carlos