Cuando surge un novillo y un novillero de verdad toreando, cargando la suerte, la pata adelantada y tirando del novillo rematando detras de la cadera, cruzandose, y sin dejarse enganchar la muleta todo el mundo se pone de acuerdo, y el 7 es el más agradecido de todos.
Hoy se pudo comprobar en el sexto novillo de Nazario Ibáñez y en la muleta de Javier Cortes.
Hasta el momento la tarde había sido un fiasco, más de lo mismo, novillos flojitos, muy dulces y mansedumbre a grandes dosis.
Mario Aguilar toreando con enganchones y poniéndose muy pesado con arrimones injustificados, ya que los novillos estaban paradotes y demostrando una borreguez absoluta.
Román Pérez, debería hablar en el ruedo, y saber colocarse en la plaza, en vez de rajar en los periódicos, ya que su tarde fue para olvidar, toreando al hilo del pitón y despegado, enganchones y trapazos.
La novillada bien presentada, aunque muy desigual, el cuarto y quinto fueron auténticos toros de muchas plazas de primera.
Y llegó el sexto novillo, por cierto muy bien picado en la primera vara por Jose Antonio Fernández, pullazo delantero y en lo alto para que descuelgue el animal.
El novillo se vino a más durante la faena de muleta, derrochando embestidas encastadas y con mucha transmisión, siempre muy bien llevado por Javier Cortes por ambas manos, y bajándole la mano.El novillo no era facil ya que al principio cabeceaba, pero a base de exponerle y tirar de él, consiguió Javier que humillara y barriera la arena con el hocico, pases de pecho muy ligados a las series de naturales y unos adornos antes de matar.Lástima pinchó y despues de eso unos ayudados por bajo muy toreros, esta vez si entró la espada pero algo atravesada que hicieron que el novillo no doblara, tras unos golpes de verdugüillo se esfumó la posibilidad de oreja, eso sí dio una vuelta que vale más que muchas orejas que se han cortado.
Mereció la pena aguantar el frío para ver la lidia del sexto novillo, y es que cuando la verdad aparece esto es lo más bonito del Mundo.
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